lunes, 26 de noviembre de 2007
Depresión, ansiedad, trastornos de la alimentación. Son tres motivos por los que un niño puede recibir un psicofármaco. Y no son pocos, según un estudio el empleo de antidepresivos está aumentando entre la población infantil, a pesar de que no hay evidencias científicas de su eficacia y seguridad en esta población.
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